lunes, 6 de septiembre de 2010

Sonidos

Molestos e impermeables, casi igual de insoportables como los que provienen del reloj de mesa que te recuerda a lo largo de la noche que la mañana se aproxima y que una vez mas, tu cuerpo se nego a dormir. Tu cuerpo, quizá. Y si fue tu mente en un ataque de rebeldia e insurreción? Puede ser, no es tan descabellado como parece...

Olvidalo, me acaban de matar la inspiración...

¿Hasta cuando voy a seguir atrapada en una jaula de cristal sin ser todo lo que puedo, quiero y debo ser?

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