sábado, 24 de abril de 2010

Dos pies izquierdos

Si lo pienso en perspectiva el final es uno casi esperado, digo, la triste realidad es que mi asombroso parecido a un frágil pajarillo enjaulado, ruiseñor si tú lo prefieres, fue lo suficiente para apartarte de mi lado. Aun más triste me parece tu poca capacidad para mirar mas allá de lo que te mostraban tus ojos serenos y claros.

Te cruzaste en mi camino cuando yo ya no luchaba por dejar crecer mis alas, quizá hasta es posible que hubiera olvidado mi capacidad de volar; Me sentaba los días al sol y lo disfrutaba, la soledad era una conmigo y yo con ella. Verdaderamente no te necesitaba ni te esperaba. Ya sabes tú bien que tengo capacidad y facilidad para mentir pero lo mío son mentiras a medias o verdades, todo depende del cristal con que lo veas pero lo cierto es que llegaste a mover la calma que tanto esfuerzo me había tomado conseguir.

Esa tarde calurosa de un día tan normal como cualquier otro te vi por segunda vez.

Las ganas enormes de fumarme un pitillo para calmar mis ansias se vieron disipadas ante mi estupido e inesperado impulso incontrolable de darte un abrazo.

Para sorpresa de este pajarillo asustado la calma volvía al sentirte cerca, el palpitar de mi corazón se hacia más lento y respirar era más sencillo, entre risas nerviosas y palabras atolondradas logramos entrar en calor, el resto es historia.

Mentiría si dijera que todo fue especialmente romántico puesto que para una apática soñadora que no cree en la capacidad de amar de ningún hombre y para un apuesto chico que quiere un amor épico sin tener que entregarse del todo y conservar su libertad, un simple beso en la oscuridad en un sitio atestado de gente es el culmen del romanticismo, entre sonrisas y bromas, tanteando terreno llegamos a ello y hasta la fecha no se a ciencia cierta si tu o yo nos hemos arrepentido del camino que tomaron las cosas. Para bien o para mal tu dulzura tan natural y poco forzada me fue envolviendo. No sé si fue la forma en la que tus ojos traviesos se clavaban en mi o talvez la luz de la ciudad desde un sitio tan alto cobijado por las estrellas o la manera en la que tan fácil y rápidamente me devolviste el calor, quizás la forma en que mi cuerpo cabía perfectamente entre tus brazos o simplemente el saberte a mi lado lo que me impulso para querer saber más, para querer entenderte y no necesariamente quererte, sabes que pienso que el querer a alguien siempre es un embrollo y que la mayoría de las veces es un esfuerzo que acaba desperdiciado por el egoísmo y el exceso de posesividad de las personas, para simplemente estar a tu lado cada vez que me necesitaras.

Lamentablemente tu exceso de libertad o mi falta de la misma se interpusieron en nuestro camino, cortándonos las alas, limitando tus esfuerzos por verme y mis ganas de comerte a besos. Quisiera poder encontrar otra razón por la cual hemos perdido el rumbo, si la hay quiero pedirte perdón por escribir tonterías, si al contrario no me he equivocado en cuanto a tus razones quiero dejarte algo muy claro: siendo el pajarillo que soy sabes bien que la soledad es mi compañera pero aunque no te necesite me gustaría poder contar contigo, la puerta ha quedado abierta para que vengas, te sientes, tomes un té conmigo, leamos juntos un libro y por fin te cuente todos esos sueños y esas pesadillas que acechan mis noches. Me encantaría que vieras por una vez, que es distinto a solo mirar, que vieras mi capacidad de ser tantas otras cosas distintas a un pajarillo enjaulado, que te dieras cuenta que no soy una muñeca de cristal propensa a romperse, que realmente conocieras mi lado oscuro y te bañaras en mi luz, porque yo aunque no lo creas he terminado en esta soledad porque así lo he escogido, porque estoy cansada de ver tanto, oir tanto y saber tanto. Te repito una vez mas que soy conciente de que sabes que miento muy bien pero esta vez no tengo necesidad de hacerlo, eres tú y no me interesa mentirte, ante ti me gusta extender las alas y batirlas para que veas de todo lo que soy capaz.

Dicho esto, me queda aun tanto por decir, pero solo quiero pensar en una noche a tu lado, jugando 21 preguntas, que me sorprendas con alguna respuesta y que yo te perturbe con alguna pregunta inesperada. Pensándolo bien, esto puede ser un final o talvez, el final del principio que tuvimos con dos pies izquierdos.

jueves, 22 de abril de 2010

Marlboro Reds

Mientras veo como mi querido Marlboro se consume antes de entrar a mi sesión de cine, pienso en ti y en mí. Me encantaría decir que pienso en “nosotros” como un día lo dijiste tú pero a estas alturas creo que es sensato decir que ese es un barco estancado en las aguas de mi inseguridad y en las corrientes de tu pasotismo. Y es que creo que es mucho más cuerdo el pensar que los pitillos son sanos que dejarme darle rienda suelta a la absurda ilusión de tenerte a mi lado o de que vengas y me beses aunque sea por última vez.


C.M 22/04/2010



Necesito la verdad. Tranquilo, es solo que yo no estoy hecha para los intermedios.

miércoles, 21 de abril de 2010

Primavera

Xq eres el unico sol que sabe como alumbrar mis dias y espantar la lluvia.

Aun recuerdo los interminables días de lluvia en aquel pueblo pequeño. Los recuerdo siempre, fríos e intensos, tediosos, continuos y quizás incluso salados. Los recuerdo así de semi claros como el color de tu pelo, los recuerdo justo ahora en que mi soledad se dispone a acostarse conmigo y ser mi compañía.

Los recuerdo ahora con un boli en mi mano queriendo con todas mis fuerzas que mi móvil estalle con el sonido de tu hablar poco articulado o mejor aún que estalle con ese silencio tan propio de ti al oír mis dilemas existenciales cuanto menos superfluos e inmaduros.

Ahora es cuando mas quisiera tenerte a mi lado para comer una bolsa inmensa de chuches mientras vemos alguna serie absurda en el ordenador o simplemente sentarnos en el mismo sofá, cada uno a su bola pero juntos. Porque es ahora cuando los recuerdos me atacan y juegan conmigo como les place, me desarman a su antojo y no estas tú para ayudarme a juntar las piezas de nuevo. No estas tú para aliviar la pesadez de mis responsabilidades, amarrarme el zapato, curarme la oreja infectada o simplemente reír un rato.

Es cuanto menos gracioso el sentirte así, tomando en cuenta nuestras constantes peleas absurdas por cosas insignificantes o esos misteriosos moratones en forma de mordida que decoraban a menudo mis brazos. Y es que yo nunca había necesitado a alguien así y se que tú nunca habías tenido a alguien como yo; no cabe duda que sea lo que fuere que ganamos no lo tuvimos claro hasta que lo perdimos y es que dime tú como es posible que yo crea en ti así de esta manera que incluso con ojos cerrados y manos atadas pondría mi vida en tu poder puesto que se que a tu manera especial me proteges como yo te protegería a ti: con uñas y dientes.

Creo que de más esta decir que te echo de menos, seria redundar en mis ideas tan pobremente formadas y tan incansablemente circulares pero ya me conoces: soy como un disco de long play y me doy cuerda yo sola. Así es como te has ganado tu monumento, oyéndome hasta que el disco se quiebra y pongo uno nuevo pero más que todo, quedándote conmigo, no dándote por vencido. Lo dicho, me gusta redundar: Te echo de menos y hoy mas que nunca puesto que me llueve sobre mojado y no estas para cederme tu paraguas, me amarres el zapato y luego me invites a cenar.



Te amo.

martes, 20 de abril de 2010

Agridulce.

En días como estos, la desgana invencible producida por el peso de las circunstancias dificilmente sencillas de resolver invade mi cuerpo, me toma de la mano y me lleva por ese camino oscuro que tú me advertiste un día que seria la muerte y perdición de mi, casi con la misma magnitud y tristeza como lo ha sido tu agridulce y simple adiós.

C.M 20/04/2010



Primer dia de blog. Espero que les guste. Gracias por tomarse el tiempo de leerme.

Besos al aire!