viernes, 19 de noviembre de 2010

Manos

Tantas cosas que podes hacer con las manos.

Escribir con una pluma, mal ocupada, que te manche los dedos.

Detener un cigarrillo mientras piensas en lo interminable que se te hacen las tardes porque el reloj que llevas puesto se pone en tu contra.

Maniobrar tu coche para evitar los baches en la calle.

Pintar un dibujo que represente algo que solo tiene significado para ti y para alguien mas.

Sentir la textura de tu peluche favorito que te ayuda a combatir la soledad y el miedo que le tienes al 'mostro' del armario.

Cocinar un pollo con tomate frito y queso parmesano para agradar a alguien aunque la cocina no sea tu fuerte.

Pasar las paginas de ese libro que no te cansas de leer una y otra vez.

Jugar con el pelo de la persona que quieres para intentar aliviarle un poco la migraña.

Tocar ansioso la cara de ese alguien que no habías visto en mas de un año solo para comprobar que es de verdad, para aprender con esas manos hambrientas cada rincon de su rostro, cada detalle, cada cosa pequeñita que lo hace mas real.

Tomar la mano de alguien mientras te abres paso entre la gente que pasa de largo sin notar que tú estas alli.

Hacer camino con la persona que quieres y que tanto echas de menos.

jueves, 18 de noviembre de 2010

The more love that you feel, the more your little heart will ache.

La ducha me ha hecho llorar.

Si señor.

Como todos los días me disponía a ducharme antes de salir por allí a conducir sin ningún destino preestablecido, por hacer algo y no estar encerrada en casa. Me quite mis pendientes y proseguí al cuarto de baño.

Deje correr el agua para que se calentara, como llevo haciendo desde que me mude a este piso.

Para mi sorpresa, tras los dos minutos habituales (es un grifo viejo) el agua seguía igual de fría. Volví a cerrar el grifo para luego volver a dejarlo correr.

Nada.

Lo hice de nuevo. Nada. Y otra vez. Nada. Una vez mas. Nada. Y asi sucesivamente para perder aproximadamente 15 minutos de mi vida luchando con el agua caliente. Encendiendola y apagandola, como con todas las cosas que me rodean, siguiendo el mismo proceso habitual y simplemente se negaba a funcionar.

Estando sola en casa, frustrada y sin saber como arreglarlo me comenzo a invadir una sensación absoluta de impotencia y soledad.

Esa sensación que he querido evitar desde hace un par de dias. Esa sensación que me he prohibido sentir cueste lo que me cueste, aun cuando implique levantarme temprano para hacer cualquier cosa, lo que sea para no tener ni un momento de ocio para poder pensar, sentir y recordar.

Pero los malditos 15 minutos de lucha contra la ducha me traicionaron.

Me traicionaron de la peor manera.

Una puñalada trapera completa.

Y justo cuando me di por vencida de seguirme escondiendo de mis propios pensamientos y las lagrimas empezaron a asomarse a mis ojos...

El agua empezo a salir caliente.

Me di cuenta entonces que a pesar de que a veces las cosas no van como uno quiere, tarde o temprano, se convierten en lo que deben de ser.

Todo es cuestión de un poco de paciencia y de fortaleza para esperar a que el agua por fin empieze a salir caliente, como tenia que haber sido desde el momento en que le diste vuelta a la llave del grifo.

Comunicado.

Como bien se puede observar he vuelto a bloggear.

Con intensidad.

Dos entradas en dos días, tiene que ser un récord o algo.

Y para dolor y frustración de algunos (si si, que ya sé que mis entradas no son tan buenas como las de 'Beat' Mike) espero mantenerlo así.

¿Porque me dedico a torturarlos así?

Pues verán, necesito mantenerme ocupada. También necesito ir practicando un poco más esto de la escritura, quien sabe, quizá algún día descubro que tengo talento para ello.

Necesito levantarme cada mañana sabiendo que a lo largo de mi día algo me llamará la atención y me dará un tema sobre el que escribir.

Necesito convencerme a mi misma de que mi vida es así de interesante.

Lo necesito para ser capaz de irme a dormir todos los días y poder tener fuerza para salir de la cama a la mañana siguiente.

Ya lo siento por todos ustedes lectores invisibles que tienen que sufrirme pero así es la vida de caprichosa, a veces negra, a veces color rosa.

Besos de Juguete.

M!dori :D

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Poker.

"If you're gonna play the game boy you've got to learn to play it right. You've got to know when to hold 'em, know when to fold 'em, know when to walk away and know when to run... Every gambler knows that the secret to surviving is knowing what to throw away and knowing what to keep 'cause every hand's a winner and every hand's a loser and the best that you can hope for is to die in your sleep."

The Gambler. Kenny Rogers.

Es gracioso lo parecido a la vida que es el poker. Una persona puede hacer mucho si sabe como mantener la compostura aun cuando su mano no sea más que un par de cartas sin mayor valor.

Paso a paso, persona a persona, situación tras situación he podido darme cuenta de lo sencillo que es ganar teniendo todo en tu contra. Lo fácil que es mentir de frente sin titubear y conseguir lo que quieres a base de un par de palabras bonitas y unos ojos que pueden mirar de frente sea cual sea la situación.

A decir verdad en mi "época obscura", conseguir lo que quería era pan comido. Un par de oraciones bien elaboradas y siempre me salia con la mía. Sé lo que es ser un jugador empedernido e impecable. Siempre conseguía el bote sin tener nada en mis manos que lo mereciera: era fácil y simple.

Nunca me quitaba las gafas invisibles, nunca me dejaba ser. Yo era lo que más me convenía según la persona que tenia delante mio, según el propósito de tenia en mente. Pero como en cualquier juego de azar a la larga me llego el día en que alguien supo leerme y jugar mejor que yo...

Tonta de mi que creí que lo tenia todo controlado y que mi estrategia era impecable.

Lo aposte todo.

Y perdí.

Desde entonces desapareció el gusto que le tenia a ambas cosas.

Al poker y a ser una persona que se sobra de si misma creyendo que asi como en el poker, la vida se gana con ojos inexpresivos y cartas de baja denominación.

martes, 16 de noviembre de 2010

Learn to fly.

Hace unos dias fui a un parque de atracciones. El de Madrid para ser mas exactos, con la mala fortuna de que muchas de las atracciones por ser temporada baja, estaban cerradas por mantenimiento. A pesar de ello me la pase genial, fui de aqui para alla, subiendome en todas las atracciones que pude, disfrutando muchisimo las que me daban vertigo o me hacian ir a velocidades exageradas mientras me ponian de cabeza.

Subida en las sillitas voladoras para niños, mientras cerraba los ojos y encogía las piernas para no darme con un pino, me pare a pensar en como era posible, a pesar del miedo que estaba pasando, el disfrutar tanto algo que me suponia sentir un vacio en el estomago y una amenaza semi directa a mi seguridad.

Pensandolo llegue a la conclusión de que los seres humanos siempre hemos querido aprender a volar.

Desde tiempos remotos nos hemos obsesionado con la capacidad de los pájaros, grandes o chicos, de poder extender las alas y atravesar el cielo, siempre llegando a lugares inimaginables, a tierras desconocidas, arriesgándose a no llegar a su destino, a sufrir contratiempos o por culpa del destino, a caer a mitad del vuelo sin paracaídas y de cabeza contra el suelo.

Nunca hemos podido evitar que nuestros pensamientos se eleven, perder la cabeza y dejarnos llevar por la capacidad de ensoñar que viene intrinseca en todos nosotros...

Es por ello que creo que nos empeñamos tanto en nunca tener los pies en la tierra.

Siempre buscamos maneras de elevarnos y de hacer algo para lo que claramente no estamos del todo listos. Siempre inventamos una manera u otra de volar, aunque sea por un momento, volar no solo con el pensamiento si no que fisicamente, volar de una manera en teoria segura pero que en el fondo no nos es del todo placentera.

En el fondo, siempre sentiremos ese hueco en el estomago que, a pesar de llenarnos de adrenalina, al final del dia nos producira nauseas y un mareo significativo.

Yo en lo personal, creo que el ser humano esta hecho para tener los pies sobre la tierra con la oportunidad de elevarse sobre ella mas de una vez a lo largo de su vida, elevarse pero solo lo suficiente para poder emprender el vuelo cuando este sea necesario pero no demasiado para que cuando y unicamente si la caida sucede(que sucedera sin duda) no duela tanto y no cueste reponerse de ella...

No vaya a ser que nos emocionemos y como Ícaro, volemos demasiado alto y cerca del sol, tan alto que el calor del mismo nos derrita la cera de nuestras alas y caigamos al mar, perdiendonos para siempre.