Siempre desconfié de los vendedores de seguros demasiado altos. No me pregunteis porque pero es que hay algo siniestro y oscuro que vive dentro de ellos, creo que tiene mucho que ver con ese aire de superioridad que se manejan y quiza la forma en que creen que tienen el mundo por delante solo por respirar un aire de más arriba que el de nosotros los meros mortales que no medimos mas de 1.60.
Ayer, uno de ellos se acerco hasta mi piso para ofrecerme una membresia de tres años consecutivos en su seguro de viajes para extranjeros y turistas,la cual era prorrogable hasta por 5 años mas sin que la cuota anual cambiara, eso si decidia prorrogarla, cosa que a decir verdad me parecio sumamente extraña sabiendo que los vendedores de seguros son parasitos de la sociedad que se sientan esperando a que de verdad no te pase nada para no tener que pagarte ni un centavo ni nada de lo que te prometen, pudiendo asi observarlo detenidamente.
Vi como se bebia con asco y desgana la taza de café (del bueno) que le servi y vi como me miraba y sus pupilas cambiaban a forma de signo de dolar cada vez que yo le sonreia, fue horrible. Le ofreci galletas y me las rechazo, manda cojones que venga un fulano que por medir mas de 1.85 crea que tiene derecho de rechazar un acto de bondad, de esos que ya no se ven por el mundo. Despues de un rato de ofrecerme cielo, mar y tierra, concluimos que sus polizas de seguro no eran para mi con lo cual una agridulce sonrisa se pego a sus labios y viendome desde alla arriba solto:
"Bueno, si cambia de opinion, puede usted llamarme y yo le consigo lo que usted quiera".
Lo que yo quiera, pues mira haberlo dicho antes, lo que yo queria era que este jodido hombre que no me dejaba terminar una oración completa sin interrumpirme con sus ofrecimientos constantes de mas beneficios del seguro de viaje probara mis deliciosas galletitas hechas de avena y un toque de cianuro, por aquello de que hay demasiados como él sueltos por el mundo...
yo mido 1.93 aunque no vendo seguros. Saludos
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