martes, 11 de enero de 2011

Requiem para ti.

-¡Cobarde! !Eso es lo que eres! ¡Un puto cobarde de mierda!-

Le gritaba enfurecida, buscando hambrienta algun tipo de reaccion o palabra que le comprobara lo contrario. Despues de todo, le seguia queriendo a pesar de todo el mal que le habia hecho. A veces hasta ella misma se sorprendia de seguir a su lado, aguantandole, apoyandole, regalandole cada noche sin vestigio de duda su cuerpo y su corazón.

-¡Pero que lo tienes todo mal cariño! Yo nunca seria capaz de algo asi y lo sabes. ¡Yo te amo!...¡Te amo! Por favor creeme. Lo que viste, yo...¡Yo no puedo vivir sin ti! Ella...Ella solo fue un desliz. Una locura...¡Creeme porfavor!-

En su redundancia todo tenia sentido. Ella era su vida más 'a veces' que 'a menudo', lo cual le dejaba en la posición de buscar maneras de llenar su vacío, casi siempre muy 'a menudo'. Vacío que le provenía de tenerla allí siempre, innamovible, dedicandose día tras dia a quererle y nada más. Esa sensación de adoración absoluta llegaba a exasperarlo, a asfixiarlo. El miedo le corroía los sentimientos y sentia morir en aquella jaula de amor dulce pero toxico.

Todo habia pasado tan rapido. La rubia se habia lanzado sobre él, le habia comido la boca mientras él lo disfrutaba y no ofrecia ninguna resistencia. Al abrir los ojos vio a su mujer y sonrio. No pudo evitarlo y se odiaba por ello. Sonrio con complacencia hacia él mismo, hacia su estupida vida de hombre comprometido, esa que 'a veces' le hacia feliz pero que nunca habia sido lo que él realmente necesitaba. Amaba su soledad y su libertad más que a nada en el mundo pero ella habia aparecido de la nada y el calor de su ser le habia empezado a deshacer el hielo del corazón.

A pesar de ello le resentia por cambiarle. Le resentia por hacerle olvidar lo que una vez habia sido. Le resentia por habersele vuelto tan necesaria como el aire. Y asi se decidio. Se decidio a vengarse de esa mujer que le queria tanto y le hacia feliz. Su venganza seria simple y sutil, despues de todo era incapaz de hacerle daño o peor aun de vivir sin ella. No podia hacer nada que terminara en soledad.

Fue entonces que empezo a complacerla de la puerta de su casa para adentro. Una vez salia se olvidaba que ella existia y disfrutaba su vida como siempre lo habia hecho. De repente se tomaba un descanso a su vida de excesos y le llamaba para decirle que la amaba. La mantenia tranquila y en las sombras, haciendole creer que era verdaderamente feliz.

Estaba tan seguro de su ceguera, esa ceguera que solo viene del amor mas sincero.Nunca penso que ella podia escoger un dia salir de su escondite y buscarle, buscarle y darse cuenta asi de que todo lo que ella creia era una simple y sucia mentira. Pero asi fue. Salio y todo se vino abajo y se maldijo a si mismo ya que aunque antes de acostarse siempre le rogaba que se fuera, no queria perderla.

-¡No te creo nada! Me das asco. ¿Pero sabes que? Más asco me doy yo. Siempre lo supe. ¡Siempre! ¿Me oyes? Pero quize creer que por mi cambiarias, que podrias darme un poco de lo que yo te daba. Me equivoque. Pense...Yo...Yo solo queria quererte pero ya no puedo mas. Simplemente ya no puedo más. No volvere a ser esa que se queda esperandote todas las noches con los ojos abiertos a ver si te atreves a decirme que me quieres. Ya no...-

Y sin mediar palabra se largo, a pesar del frio que hacia se fue. Y es que ella siempre supo, con el primer 'te quiero' sin respuesta, que todo estaba perdido.

Él se habia dedicado, sin querer queriendo, a perderla.


Para ti. Porque él nunca valio la pena.

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