Orgullo. Demasiado para el bien del mismo.
Quizá sea mi condena o en este caso especifico, mi salvación.
Nunca he agachado mi cabeza ante nada ni nadie. No esta en mi naturaleza dejar de patalear en contra de aquello que me disgusta y no pienso romper mi record bajo ninguna circunstancia o situación.
Y quiza a lo largo de mi vida pierda mucho pero yo estoy bien con lo que tengo, con lo que soy.
No creo en los arrepentimientos o en las absurdas utopias de finales felices, ni tampoco en aquellos que te ofrecen un 'para siempre', o en los otros que te dicen que tarde o temprano lo lamentaras.
No señor.
Yo creo en mi, en mi sombra y en mi conciencia tranquila por las noches. En la semi felicidad que irradia mi corazón al saber que aunque quiza equivocado ha hecho lo que quizo y lo que sintio.
Creo tambien en los que me han dado un hoy y ahora y que talvez no me prometen un mañana pero si un 'de momento no estas sola'
Creo al mismo tiempo que la vida en mi caso particular le ha permitido al destino jugar. Todo lo que tengo ahora se ha dado lentamente y de forma natural, por alguna razón o motivo, sin nada de azar.
Y es por ello que no creo en bajar mi cabeza.
Es absurdo. Ridiculo. Infantil.
No creo en ser sumisa y agradable,en decir palabras falsas,en pedir perdones insinceros.
Más bien creo en mi. En lo que siento. En lo que veo. En lo que pienso.
En la facilidad con la que llega el aire a mis pulmones mientras me fumo un cigarro con la soledad.
Una soledad escogida pero más feliz que la compañia que unos escogen, forzada y equivocadamente, por desesperados, por aquello de tener una tabla de donde colgarse y asi no morir ahogados.
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