martes, 5 de marzo de 2013
Yo misma
Yo nunca he sido particularmente bonita.
Ni particularmente agradable.
Creo que en ocasiones puedo sonar inteligente.
Soy irremediablemente celosa por no sentirme suficiente.
Casi siempre me preocupo demasiado por los demás hasta el punto en que dejo de lado mis necesidades propias.
A su vez, depende de como seas conmigo, puedo ser cruel, fria y egoista.
Me han tachado de terrorista mental y chantajista en asuntos superfluos.
En muchas ocasiones doy más de lo que recibo.
Suelen tacharme de puta por ser una libre pensadora y creer que el sexo solo es sexo y no siempre se tiene por amor.
Creen que tengo problemas al no ver que el cigarro es malo para mi.
Consideran que soy rebelde porque suelo defenderme cuando me siento atacada y no tengo mayor respeto hacia las autoridades cuando estas no pueden darme razones concretas y validas para reñirme.
No tengo paciencia con la gente inteligente que tiene problemas para ver o hacer cosas sencillas.
Suelo creerme autosuficiente y fuerte y comoda en mi soledad.
No me gusta ver llorar a la gente, me molesta y me incomoda.
Muy pocas veces me tanteo el corazón antes de hacerle daño a alguien y las consecuencias de mis actos rara vez me importan.
Hablo como un camionero de 50 años siendo una señorita.
No creo en las relaciones a distancia ante el vivido fracaso que tuve con una.
No creia en el matrimonio, hasta hace poco que entendi que no es asi nomás.
Quiero uno o dos hijos aunque siempre dije que odiaba a los niños
Soy un desastre andante y tengo una casi caida todos los dias.
Soy una mujer fuerte....
¿pero quieren que les cuente un secreto?
Nosotras, las mujeres fuertes, somos asi porque ya nos han hecho mucho daño. Y si en algun momento, dejamos de lado nuestras defensas, los dejamos entrar a nuestras vidas, no es unicamente para que ustedes tengan una mujer independiente y ruda a su lado, si no tambien para saber que tenemos un lugar donde ir a perdernos en nuestra fragilidad, donde llorar y gritar que tenemos miedo, a ser niñas asustadas por los truenos de la vida y sobre todo porque necesitamos un par de brazos que nos digan todo lo que queremos oir en momentos grises...
Aunque seamos las perras más cabronas y dificiles en el mundo entero.
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