Pequeña,
Me duele saber que te fuiste.
Me duele haberme quedado debiendote ese café.
El no haber podido ayudarte más con todo lo que siempre me platicaste y compartiste.
Ayer que me entere entre en absoluto shock, mi cabeza sigue tratando de entender que te has ido y que ya no voy a tener a quien me ponga queja o quien busque reirse conmigo por lo patetico e insulso de las vidas de quienes nos han querido mal.
La última vez que te vi me dijiste valiente que estabas bien y que aunque todo era dificil seguias con animo y esperanza, siempre tirando hacia adelante. Me compraste unos libros y me dijiste "me van a servir de mucho ahora que estoy entrando y saliendo del hospital"
Nunca te quejaste por tu salud, siempre hablabas de tu problema como que si no fuera algo importante, nunca te gusto andar dando lastima y desde que te conoci, alla por el 2010, fuiste increiblemente fuerte y valiente.
Siempre te admire y siempre crei que tu luz brillante iba a llevarte por caminos maravillosos.
Nunca crei que tu camino maravilloso iba a ser tan grande, tan espectacular, como dejar esta porqueria de mundo atras y descansar en paz.
Pero es asi, y yo se que cada vida que tocaste se queda con un vacio inmenso, como decia mi abuela, los jodidos somos nosotros que nos quedamos atras y sufrimos sin los que se van bien rico a descansar. Y es cierto, yo me quedo aqui, sabiendo que ya no estas, echando de menos esa luz que siempre, siempre, me escribia para saber como estaba y que sin lugar a dudas sé que me quizo igual que yo a ella.
Una parte de mi se va contigo, porque de ti no me quedaban mas que momentos dulces que recordar con esa niña a la que defendi en su primera borrachera a los 15 años, a la que le regale mi vestido de graduacion para que pudiera ir a su fiesta, quien siempre me vio como una hermana y me regalo la dicha de, aunque fuera fugazmente, sentir lo que era tener una.
Te quiero, Kim.
En presente, siempre. Descansa en paz, linda.
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