miércoles, 29 de enero de 2014
De como me enamore de una Burbuja que no es de jabón...
Mi pequeña perrita Burbuja adora salir a la terraza, pararse en dos patitas y ver la calle, las palomitas, o el paisaje. Como todos los días el domingo por la tarde salio a ver a los niños jugando en la calle desde arriba y esta fue la conversación que mi mami escuchó:
Niña: Hola perrita!!! Papi!! Papi!!! Mira que linda la perrita!!!
Papá: Veni para aca, alli deja esa chucha, si esa chucha es calle...
Así comienza esta historia pero antes...
Para los que no lo saben, tengo una debilidad muy grande: Los animales.
Desde pequeña pensaba en convertirme en biologa por aquello del amor que les profesaba pero las letras me atrayeron más como profesión y eso quedo atras, no obstante mi amor por los animales y las causas que los defienden a capa y espada crecieron a traves del tiempo.
¿Porque les estoy contando esto?
Pues es muy simple: Es mi forma de crear conciencia acerca de un tema de mucha importancia.
Tengo un poco más de un año de seguir la labor de un refugio de animales llamado (muy acertadamente) El Santuario; El Santuario es una asociación sin fines de lucro donde los Animales, las personas y la Naturaleza trabajan juntos hacia una sanación mutua. No es necesario recalcar que la labor que ellos hacen es absolutamente admirable y es de esas cosas que hacen falta en mi país, gracias a ellos es que comienza mi historia.
Como les comentaba al principio, siempre viví enamorada de los animales, ¿como no? si en cierto momento de mi infancia tuvo 3 pastores alemanes, un perrito raza french poodle, un hamster, una tortuga, un goldfish y un conejo.Todos mis perros siempre fueron de raza, entrenados desde pequeños para llevarse a competencias de obediencia y belleza, con pedigree azul y todo lo que ustedes se pueden imaginar y nunca me imagine con un perro que no fuera de raza, de hecho creo que nunca concebí la idea de que existiera algo mejor que un perro de raza hasta que por suerte me fui de este país.
Y sí, es una gran suerte el poder tener la oportunidad de conocer cosas distintas que te abren los ojos a otras realidades; en mis años fuera descubrí que un perro de tres patitas no tenia nada que envidiarle a uno de cuatro, incluso le gustaba correr más, que una pequeña perrita abandonada en busca de amor es capaz de seguir a alguien desde un basurero hasta su casa, que los perros que saben que han sido acogidos después de estar en la calle son los mas leales y los más agradecidos con las familias (desde luego admirables) que se toman el tiempo y el trabajo de aceptarlos.
Aun y así, seguí buscando un perrito pequeño y de raza para poder tener en casa, las costumbres son algo difícil de erradicar pero al mismo tiempo comencé a seguir los pasos de El Santuario y a algunas otras instituciones que se dedican a salvar y sanar animales maltratados y abandonados. Entre caso y caso, a cual de todos más cruel y sanguinario fue creciendo mi deseo de cambiar las cosas, de hacer algo para detener la injusticia que se cometía contra tanto ser indefenso, pero no se me ocurría nada y así fueron pasando los días, entre intentos fallidos de comprar perros y desesperación absoluta ante los horrores que los salvadoreños comenten contra tanto perrito y gatito huérfano.
Hasta que llego la segunda semana de marzo del 2013 y vi publicada la foto de una perrita pequeñita y ojuda que se miraba solita y soñolienta; para que les voy a mentir, fue amor a primera vista. No pasaron ni 5 segundos para que mandara la solicitud de adopción sin consultarle a mi madre por miedo de que alguien más la adoptara. Rápidamente recibí un correo dando mi solicitud como aprobada y me vi con ese pequeño chipuste como mio. Ella era mía desde el día que nació, fue el destino el que me la quiso regalar a mi y que quiso que ella me salvara.
Me entere entonces de su historia: Alguien la había metido a ella y a su hermana en una bolsa negra de basura (probablemente con el deseo de matarlas) y las había tirado por la basura, cerca de un refugio en Santa Ana; afortunadamente las encontraron a tiempo, las sacaron de la bolsa y las acogieron, dándoselas al El Santuario pues el refugio no tenia espacio para dos perritas más.
Y así termine yo con esta perrita "calle" y déjenme decirles lo siguiente: NO LA CAMBIARIA POR NADA DEL MUNDO.
Es la mejor perrita que existe, me levanta en la mañana con besos locos de amor y felicidad porque sigo viva y me muevo, me llora cuando no me apuro para darle de comer porque es glotona como ninguna, nos da besitos cuando se los pedimos, sabe jugar fetch y entregar pelotas, llora de la alegría cada vez que alguien a quien ella quiere se asoma por la puerta, ama ir de paseo y es obediente cuando le conviene, aprendió a hacer los mismos sonidos que yo hago ante la horrible realidad de levantarse temprano, come pipianes en crema y le gusta el brocoli, sabe sacar y meter sus juguetes de la cajita que le tengo destinada para ello, odia los días de baño, adopta la misma posición que yo adopto cuando estoy durmiendo, le encanta correr y jugar y tiene unas orejotas grandotas y ojos expresivos.
¿Porque los molesto con esta historia?
Porque mi perrita, como todos los otros perros, de raza y criollos, juega, come, brinca, salta, ama, SIENTE y el ser criolla, aguacatera, calle, mestiza, o como ustedes la quieran llamar no la hace inferior a ningun perro de raza. Es más, yo tuve perros de raza y creo realmente que mi Buburo es superior a ellos en muchos aspectos, esto no quiere decir que no me gusten los perros de raza o que no tengan la misma nobleza que los aguacateros, al contrario, quiero enfatizar que las diferencias entre ambos son sobre todo esteticas y eso es algo que la gente sigue sin entender.
Quizé entonces hacer este post porque me parece preocupante que un padre le este enseñando a su hija el valor de las cosas, una vida, una animal, por su costo monetario y no por todo lo demás.
Da bastante miedo el oir a un padre el decirle a su hija que no pierda el tiempo con un ser vivo porque no costo dinero. ¿Será igual con las personas? Probablemente si, lo cual da muchisimo más miedo.
Tenemos que quitarnos esa mentalidad; un ser vivo es un ser vivo sin importar como se vean por fuera, si estas enfermos, tienen 3 patas, usan silla de rueda, estan viejitos o ciegos, eso no importa.
Lo que importa es lo que ellos son y en este caso los perros son dos cosas: Nobleza y amor.
Me queda el mal sabor de boca de no saber como cambiarle la perspectiva que es tan común en tanto Salvadoreño: que un perro no vale nada, mucho menos si es callejero, que si lo matan pueden comprar otro y ya esta, que si no es de raza no es bonito y solo merece patadas e incluso que si es de raza pero estorba se deja afuera y no importa, total es un adorno o un juguete.
No sé como cambiarlo, y eso es frustrante, por eso escribo estas lineas, porque ese padre esta mal, le esta inculcando valores erróneos a su hija, y en consecuencia su hija va a crecer mal, inculcándole mal los valores a sus hijos y así consecutivamente en un circulo vicioso de no acabar y no es posible, tenemos que hacer campaña, tenemos que dejarnos el corazón en hacer conciencia y ir cambiando poco a poco las ideas preconcebidas que tenemos, tal vez y asi logremos erradicar la violencia que nos carcome como país y como sociedad.
Tal vez.
Pero ante todo lo tenemos que intentar.
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Me encanto tu peque hisstoria, eres una linda persona no solo por fuera si no exelente por dentro se mira la calidad de mujer que eres ojala dieras clases a muchas de ser asi, tu perrita es adorable y hermosa, por ahi me dijeron que los aguacateros tienen una belleza exotica que si la comparas a la otra belleza comun pues la supera, por que tiene esencia, es eso lo que cautiva de un aguacatero (pastor pipil :) comparto tu mismo amor a los animales, que Dios te bendiga :)
ResponderEliminarAwww, que linda historia eres digna de admiración por tener tan lindos sentimientos, te felicito :)
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