miércoles, 18 de mayo de 2011

Dreamcatcher

Repasando constantes ideas paralelas,
Acomodadas en la red de mi atrapa sueños,
Transparentes…
Como el dios que me regalan en
Estampas de veinticinco centavos
A favor de los pobres, de los drogadictos,
De los locos y de los huérfanos
Que nunca en su puta vida
Podrán ver la misericordia
Del ‘pequeño’ niño travieso
Con una granja de hormigas.

¿Y entonces que?
Encender una veladora roja,
Pedir un par de favores
A cambio de un familiar
O dos, de esos que siempre
Te sobran pero que cuando mueren,
Te faltan.

Esperar a que caiga
El maná del cielo,
A que venga la luz del sol
Para que se desvanezcan las pesadillas,
Esas en las que hay alguien, que no soy yo,
Rigiendo mí destino a cambio de una candela
Que muere con un poco de viento.

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