sábado, 23 de abril de 2011

Oruga

Sé lo que es sentirse como Gregorio Samsa en la metamorfosis de Kafka.

Despertarte un triste dia sintiendote como un insecto, moviendo las patitas sin saber bien si vas hacia adelante o hacia atras...

Verme atraida hacia esa brillante luz,
queriendo desesperadamente alcanzarla y ser parte de ella,
intentarlo una y otra vez y solo conseguir darme contra ella,
lastimarme y que la gente me mire como esa cosa asquerosa y estupida
que no se cansa de rebotar sin cesar.

Rebotar y rebotar.
Rebotar y rebotar.
Rebotar hasta que caes con fuerza al suelo,
en ese cuerpo extraño del que tienes todo menos el control,
verte de repente de espaldas,
mover tus patitas con desesperación,

E intentar.
Intentar con todo tu corazón,
de enderezarte para poder sobrevivir.
Intentar y fallar.
Fallar aunque no quieras,
fallar hasta cansarte y luego quedarte quieto
a esperar.

Esperar a que un alma dadivosa,
que pueda verte como lo que alguna vez fuiste
y lo que puedes llegar a ser,
se compadezca de ti
y te gire al derecho una tan sola vez.

Que te de esa oportunidad de escapar
de todo eso que te rodea
que te atrapa y no terminas de comprender.

Escapar para entonces ser capaz
de llegar a esa tierra fertil
donde quizá logres salir de tu capullo
y saques esas alas azules de mariposa
y vueles lejos de aqui...

Pero mientras espero a que llege ese quiza
yo aqui sigo, como Gregorio,
con una manzana trabada en la espalda,
intentando arrastrarme por debajo de la rendija
de esa puerta de vidrio en la que sé
que me quedare,
atrapada como siempre
intentando llegar al otro lado...

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