Siempre, siempre, igual.
Siempre la misma.
Esa sin lineas, sin sueños, sin deseos.
Sin ganas.
Una simple figura plana de papel, cortada por un niño que juega a ser dios.
Un par de dados trucados que todo el tiempo van a caer en el numero al que no le aposte yo.
Un dos de corazones.
25 centavos.
La colilla de un cigarro.
La cosa esa que toda su vida sera menos que nada.
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